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Asunción de la Santísima Virgen

El 1 de noviembre de 1950 el Santo Padre Pio XII declaró que María Santísima fue llevada en cuerpo y alma a los cielos, es decir asunta al Cielo, como dogma de fe. La razón de este misterio se funda en la realidad del pecado original. Al estar libre de este pecado, María no debió morir, pues la muerte es una consecuencia del pecado original, como recuerda San Pablo en una carta: “Por tanto, tal como el pecado entró en el mundo por un hombre, y la muerte por el pecado, así también la muerte se extendió a todos los hombres, porque todos pecaron”(Rom. V,21)”.

San Josemaría tuvo desde niño la devoción por la “Virgen de la Dormición”, como se llamaba la devoción en Barbastro, donde él nació y vivió sus primeros años. Él lo cuenta: «El día de la fiesta 15 de agosto, recuerdo que se veneraba la imagen de la Dormición de la Virgen (…) En medio de una capilla lateral, se alzaba el túmulo donde la imagen recostada de Nuestra Señora descansaba… Pasaba todo el pueblo en silencio besando los pies a la Virgen de la Cama”.

Actualmente en la iglesia Prelaticia de la Sede Central de la Obra se encuentra esa representación de la imagen en un altar que da paso a la Cripta donde están enterrados varios miembros de la Obra.

P. Carlos Ayala, Rector Iglesia San Josemaría

Artículo tomado del boletín informativo de agosto. Para acceder al boletín completo, puedes hacer click aquí.

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