Los comentarios están desactivados para este post

Domingo de Misericordia: la revelación que nos hizo el Señor

Esta Fiesta forma parte del calendario de la Iglesia desde el año 2000, cuando el Papa San Juan Pablo II canonizó a Sor Faustina y designo el domingo siguiente a la Pascua como “Domingo de la Divina Misericordia”.

El segundo Domingo de Pascua los católicos celebramos la Fiesta de la Divina Misericordia. En este día recordamos el mensaje que recibió Santa Faustina Kowalska, religiosa polaca, por medio de revelaciones divinas: que Dios nos ama a todos y que quiere que confiemos en su infinita Misericordia. A la vez, el mensaje hace un llamado a que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones, “porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil» (Diario, 742).

Por medio de Sor Faustina, Jesús nos dejó su mensaje en 1931: «deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en mi misericordia. Que se acerquen a ese mar de misericordia con gran confianza. Los pecadores obtendrán la justificación y los justos serán fortalecidos en el bien. Al que haya depositado su confianza en mi misericordia, en la hora de la muerte le colmaré el alma con mi paz divina» (Diario, 1520).

La imagen que representa al Domingo de Misericordia es aquella en la que el Señor se muestra levantando su brazo derecho, mientras el izquierdo apunta hacia el pecho, de donde emanan dos rayos, uno azul y otro rojo. Esta imagen fue descrita por el mismo Jesús en su encuentro con Santa Faustina, como cuentan las revelaciones. “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (…).
Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299).

Este año la fiesta de la Divina Misericordia coincide con la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador. Oremos al Señor por nuestro próximo mandatario, para que dirija con sabiduría y amor al prójimo el país los próximos cuatro años. Aprovechemos la coincidencia de fecha para confiar en la voluntad de Dios, sabiendo que su Divina Misericordia es infinita para las almas entregadas a Él.

Los comentarios están cerrados.