Primeros pasos
Cómo empezó esta historia de Fe
La iglesia San Josemaría en Guayaquil comenzó a servir a la nueva zona de la ciudad que ha ido creciendo paulatinamente en los últimos años alrededor de la Vía a Samborondón, que termina en la población del mismo nombre. Así la iglesia se desarrolló a la par que crecían las urbanizaciones circundantes.

El martes 2 de octubre de 2001, fiesta de los Santos Ángeles Custodios y aniversario de la fundación del Opus Dei, el entonces Arzobispo de Guayaquil, Mons. Juan Larrea Holguín, consagró el altar y bendijo la nueva Iglesia rectoral, costeada íntegramente con donativos, se dedicó a San Josemaría Escrivá de Balaguer.
“Muy contento estará en el Cielo el Bienaventurado Josemaría –dijo aquel día Monseñor Larrea, en la homilía de la Santa Misa, ante más de seiscientas personas– presenciando cómo en este lugar, desde ahora santo, se honra a Dios, se ama a la Santísima Virgen, a San José y todos los Ángeles y Santos. En este día de los Santos Ángeles Custodios, pedimos a los espíritus que sirven constantemente al Señor que guarden este templo y el más precioso tesoro de la Iglesia, que es la presencia sacramental de Jesucristo en nuestros sagrarios. Que intercedan y guarden a todos los presentes y sus familias, a quienes han trabajado en la edificación y ornamento de este lugar de oración y a todos los que generosamente han proporcionado los medios necesarios”.
“Especial mención debo hacer –añadió Monseñor Larrea– del actual Prelado del Opus Dei, Monseñor Javier Echevarría Rodríguez, quien nos ha enviado la reliquia ex ossibus del Bienaventurado Josemaría, que se venerará en el altar del Santísimo (...)”.
Desde el comienzo Mons. Larrea puso bajo el patrocinio del fundador del Opus Dei la construcción de la iglesia y la futura labor de almas que se realizaría inmediatamente. La presencia de San Josemaría en la atención de las personas que empezaron a llegar buscando ayuda espiritual, hizo que el Señor Arzobispo pidiera que la iglesia fuera atendida por sacerdotes del Opus Dei.